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Efectos secundarios de las gotas de hierro para bebés
La mayoría de los recién nacidos tienen suficiente hierro almacenado en su cuerpo durante los primeros 6 meses de vida, dependiendo de la edad gestacional, el estado del hierro de la madre y el momento del pinzamiento del cordón umbilical. Sin embargo, a los 6 meses, los bebés necesitan una fuente externa de hierro aparte de la leche materna. La leche materna contiene poco hierro; por lo tanto, los padres de los bebés que sólo reciben leche materna deben hablar con el médico de su bebé sobre si éste necesita suplementos de hierro antes de los 6 meses de edad.
Alrededor de los 6 meses de edad, las necesidades de hierro del lactante pueden satisfacerse mediante la introducción de alimentos ricos en hierro, cereales enriquecidos con hierro o gotas de suplemento de hierro. Más información sobre los alimentos ricos en hierro que favorecen el desarrollo saludable del bebé.
Gotas de hierro para bebés
La mayoría de los recién nacidos tienen suficiente hierro almacenado en su cuerpo durante los primeros 6 meses de vida, dependiendo de la edad gestacional, el estado del hierro de la madre y el momento del pinzamiento del cordón umbilical. Sin embargo, a los 6 meses, los bebés necesitan una fuente externa de hierro aparte de la leche materna. La leche materna contiene poco hierro; por lo tanto, los padres de los bebés que sólo reciben leche materna deben hablar con el médico de su bebé sobre si éste necesita suplementos de hierro antes de los 6 meses de edad.
Alrededor de los 6 meses de edad, las necesidades de hierro del lactante pueden satisfacerse mediante la introducción de alimentos ricos en hierro, cereales enriquecidos con hierro o gotas de suplemento de hierro. Más información sobre los alimentos ricos en hierro que favorecen el desarrollo saludable del bebé.
Dosificación de las gotas de hierro para bebés
En noviembre de 2010, la AAP emitió nuevas recomendaciones basadas en la edad para la ingesta de hierro en bebés y niños pequeños. Dado que la deficiencia de hierro puede tener efectos irreversibles a largo plazo en el desarrollo cognitivo y conductual de los niños, el Comité de Nutrición de la AAP declaró que “es fundamental para la salud de los niños que mejoremos su estado de ingesta de hierro desde la infancia”.
Los bebés nacidos sanos a término nacen con reservas de hierro suficientes para los primeros 4 meses de vida. Por tanto, los bebés nacidos a término no necesitan suplementos de hierro antes de los cuatro meses de edad. Sin embargo, si el bebé es amamantado, la AAP recomienda ahora una dosis diaria de hierro por vía oral de 1 mg/kg a partir de los cuatro meses y hasta que el bebé comience a ingerir alimentos sólidos ricos en hierro, normalmente alrededor de los seis meses de edad. (Los bebés alimentados con fórmula recibirán suficiente hierro en su fórmula y no necesitarán un suplemento entre los cuatro y los seis meses de edad).
Hay una advertencia: los bebés prematuros necesitan hierro durante los primeros cuatro meses. Si son alimentados con biberón, la fórmula fortificada con hierro proporcionará la cantidad adecuada para estos bebés. Sin embargo, según la AAP, los bebés prematuros alimentados con leche materna deben tomar una dosis diaria de hierro de 2 mg/kg a partir del mes de edad.
Cómo dar al bebé gotas de hierro
Mi pediatra, por ejemplo, adopta un enfoque relajado. En sus cuestionarios sobre el bebé se pregunta si come carne (una rica fuente de hierro). Pero no preguntan cuánto o con qué frecuencia come carne, o sobre otras fuentes de hierro en su dieta, como los cereales infantiles enriquecidos con hierro. Mi pediatra nunca me ha sugerido que le dé suplementos de hierro ni que le haga un análisis de sus niveles de hierro.
Es extraño, porque la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda ambas cosas. Recomiendan que los bebés alimentados con leche materna o con la mayor parte de ella reciban suplementos de hierro a partir de los 4 meses de edad hasta que empiecen a comer muchos alimentos ricos en hierro. También recomiendan que todos los bebés se sometan a un control de sus niveles de hierro a los 12 meses de edad.
“Dado que el hierro es la deficiencia de un solo nutriente más común en el mundo y que existen algunas pruebas de los efectos adversos tanto de la ID como de la IDA en el desarrollo cognitivo y conductual, es importante minimizar la ID y la IDA en los bebés y niños pequeños sin esperar a tener pruebas inequívocas. Siguen existiendo controversias sobre el momento y los métodos utilizados para el cribado de la DI/DA, así como sobre el uso de suplementos de hierro para prevenir la DI/DA” – AAP, 2011