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Trauma prenatal
El embarazo no es necesariamente una época fácil y feliz para todas las mujeres. La futura madre experimenta importantes transformaciones físicas que afectan a su vida de muchas maneras. Es normal experimentar cierta ansiedad durante el embarazo.
El embarazo es una época de cambios y agitación que puede dar lugar a muchas preguntas y preocupaciones. Los numerosos cambios hormonales también aumentan a veces las dificultades emocionales, lo que hace que algunas mujeres se sientan más ansiosas.
Además, incluso cuando el embarazo es deseado y planificado, es probable que la futura madre se preocupe por las grandes responsabilidades y cambios que le esperan. Durante el embarazo, muchas mujeres reflexionan sobre su propia infancia y la relación con sus padres, especialmente con su madre. Estos pensamientos pueden ser una fuente de ansiedad. El embarazo es, por tanto, una oportunidad para reconciliarse con el pasado, pero también para crecer y prepararse para la maternidad.
Según varios estudios, una alta proporción de mujeres embarazadas por primera vez dicen haber experimentado algún miedo durante el embarazo. De hecho, las preocupaciones por la salud son mucho más comunes entre las mujeres embarazadas que en la población general. Las fuentes de preocupación varían en función del trimestre. Por ejemplo, en el primer trimestre es más frecuente el miedo a perder al bebé, mientras que en el tercero aumenta el miedo al parto.
Cómo disfrutar del embarazo
Solemos decir que los bebés nacen aprendiendo, pero ¿qué es lo que realmente son capaces de captar? ¿Y algo tan sutil como las emociones de sus padres? Aunque la sensibilidad de los bebés varía, las investigaciones demuestran que, efectivamente, perciben y reaccionan a las señales emocionales de sus padres. En general, captan lo que tú emites.
“Desde que nacen, los bebés captan las señales emocionales de los demás. Incluso los más pequeños se fijan en sus cuidadores para determinar cómo reaccionar ante una situación determinada”, dice la doctora Jennifer E. Lansford, profesora del Instituto de Investigación de Ciencias Sociales y del Centro de Política Infantil y Familiar de la Universidad de Duke.
Junto con todas las partes del desarrollo cerebral (físico, cognitivo, del lenguaje, etc.), el desarrollo emocional de un bebé comienza pronto, y los bebés se fijan en las respuestas emocionales de sus padres para ayudarles a interpretar y reaccionar ante el mundo que les rodea. Los estudios han demostrado que los bebés de apenas un mes de edad perciben cuando un padre está deprimido o enfadado y se ven afectados por el estado de ánimo de sus padres.
El bebé puede sentir tus emociones
El embarazo conlleva una mezcla de sentimientos, y no todos son buenos. Si te sientes preocupada, no estás sola. La preocupación es habitual, sobre todo durante el primer embarazo de una mujer o uno no planificado. Puede ser aún más difícil si te enfrentas a la depresión o la ansiedad.
Los cambios de humor son normales durante el embarazo. Pero si te sientes nerviosa o deprimida todo el tiempo, puede ser una señal de que está ocurriendo algo más profundo. El estrés por estar embarazada, los cambios en tu cuerpo durante el embarazo y las preocupaciones cotidianas pueden pasar factura.
Es importante tratar los problemas de salud mental durante el embarazo. Las madres que están deprimidas, ansiosas o tienen otro problema pueden no recibir la atención médica que necesitan. Puede que no se cuiden o que consuman drogas y alcohol durante el embarazo. Todas estas cosas pueden perjudicar al bebé en crecimiento.
Habla también con tu médico sobre tu estado de salud general y sobre cualquier problema de salud mental que hayas tenido en el pasado. Es mejor que tu médico conozca tu historial médico completo, por si surge algo durante o después del embarazo.
Estrés emocional durante el embarazo
Hace treinta años, cuando mi suegra india se enteró de que estaba embarazada, me dio un consejo: Come mucho ghee (mantequilla clarificada), ten pensamientos agradables y contempla la belleza. Encantadora, pensé. Tenía un trabajo a tiempo completo con dos horas de trayecto. ¿Dónde había tiempo para la reflexión meditativa? Sin embargo, me planteó una idea y empecé a preguntarme. La sabiduría popular y las creencias culturales han mantenido a lo largo de la historia que las emociones de la mujer afectan al feto. Los estudios en animales han demostrado que el estrés materno, en especial, puede afectar a la descendencia, pero no está claro hasta qué punto son relevantes para los humanos. Sin embargo, en los últimos 15 años, las investigaciones sobre madres y bebés humanos han demostrado que mi suegra tenía, al menos en parte, razón: El estado emocional de una mujer embarazada -especialmente el estrés, la ansiedad y la depresión- puede cambiar el desarrollo de su hijo con consecuencias duraderas.