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Cómo se fabrica el acero inoxidable
Una de las razones es que los aceros inoxidables, al igual que otros metales, suelen ser más pesados pero también más fuertes y resistentes que los plásticos. Los materiales de acero inoxidable, en particular, también tienen una gran resistencia a la corrosión.
El hierro es un metal, un elemento, y es bastante reactivo. Es decir, se oxida o se oxida con facilidad. Pero el acero es una aleación de hierro y carbono. Es mucho más fuerte que el hierro y, al mismo tiempo, es bastante fácil de trabajar y moldear.
La cantidad de carbono en el acero es el factor más importante para determinar su resistencia. La relación entre el hierro y el carbono también afecta a la ductilidad o trabajabilidad del acero. Más carbono es más fuerte pero más difícil de trabajar, mientras que menos carbono es más fácil de trabajar pero no tan fuerte.
La ductilidad del metal es la capacidad de un metal para ser moldeado y estirado sin romperse. La fragilidad es lo contrario de la ductilidad. Los procesos típicos de trabajo de los metales son el perfilado, el doblado, el corte con cizalla, el taladrado y el estampado.
La ductilidad de un metal es la facilidad con la que se le puede dar forma sin que se agriete cuando se le somete a diferentes procesos de trabajo del metal. Si un metal tiene una gran ductilidad, es más fácil de trabajar. La trabajabilidad varía en función del proceso de conformación utilizado y de las características físicas del metal.
Qué hace que el acero inoxidable se oxide
En 1913, el metalúrgico inglés Harry Brearley, que trabajaba en un proyecto para mejorar los cañones de los rifles, descubrió accidentalmente que la adición de cromo al acero de bajo contenido en carbono lo hacía resistente a las manchas. Además del hierro, el carbono y el cromo, el acero inoxidable moderno puede contener otros elementos, como níquel, niobio, molibdeno y titanio.
El níquel, el molibdeno, el niobio y el cromo aumentan la resistencia a la corrosión del acero inoxidable. Es la adición de un mínimo de 12% de cromo al acero lo que hace que resista la oxidación, o que se manche “menos” que otros tipos de acero. El cromo del acero se combina con el oxígeno de la atmósfera para formar una fina e invisible capa de óxido que contiene cromo, llamada película pasiva. Los tamaños de los átomos de cromo y sus óxidos son similares, por lo que se empaquetan perfectamente en la superficie del metal, formando una capa estable de sólo unos pocos átomos de espesor. Si el metal se corta o se raya y la película pasiva se interrumpe, se formará rápidamente más óxido y recuperará la superficie expuesta, protegiéndola de la corrosión oxidativa.
Por qué el acero es inoxidable
El acero, un término que en realidad describe toda una familia de aleaciones metálicas, es un tipo de metal versátil y común con una gran variedad de aplicaciones y usos. Hay muchas calidades, pero la mayoría de los tipos de acero se dividen en dos grandes categorías: aceros al carbono y aceros inoxidables. Aunque tienen la misma composición básica de hierro y carbono, los tipos de acero tienden a tener una variedad de elementos de aleación. El acero al carbono suele tener un contenido de cromo inferior al 10,5%, pero el acero debe tener al menos un 10,5% de cromo para ser considerado inoxidable. Estas diferencias confieren a cada tipo de acero sus respectivas propiedades.
El acero inoxidable es un tipo de acero que se define por la adición de cromo y algunos otros elementos de aleación, como el níquel. A veces se le llama acero inox, ya que está diseñado para protegerlo de la oxidación y, por tanto, es “inoxidable”. Cuando se expone al oxígeno, el hierro se oxida, haciendo que se oxide, pero el cromo puede exponerse al oxígeno sin sufrir este proceso. Por ello, el acero inoxidable recibe una capa protectora de cromo para crear una barrera entre el oxígeno ambiental y el contenido de hierro del metal. Esto le permite resistir la corrosión u oxidación y lo convierte en “inoxidable”.
¿Se oxida el acero inoxidable?
El acero inoxidable no es un único material, sino el nombre de una familia de aceros resistentes a la corrosión. Como muchos descubrimientos científicos, el origen del acero inoxidable se debe a un accidente fortuito. En 1913, en Sheffield (Inglaterra), Harry Brearley investigaba el desarrollo de nuevas aleaciones de acero para su uso en cañones de armas. Observó que algunas de sus muestras no se oxidaban y eran difíciles de grabar. La primera aplicación de estos aceros fue la cuchillería, por la que Sheffield se hizo mundialmente famosa. Simultáneamente, en Francia se desarrollaron los primeros aceros inoxidables austeníticos. El consumo anual supera ya los 20 millones de toneladas y aumenta en sectores como la construcción y los electrodomésticos. El aspecto atractivo, la resistencia a la corrosión, el escaso mantenimiento y la fuerza del acero inoxidable se encuentran continuamente en nuevos usos. El acero inoxidable es más caro que los tipos de acero estándar, pero tiene mayor resistencia a la corrosión, necesita poco mantenimiento y no necesita pintura ni otros revestimientos protectores. Estos factores hacen que el acero inoxidable pueda ser más viable económicamente una vez que se tienen en cuenta la vida útil y los costes del ciclo de vida.