¿Qué industrias se desarrollan en la provincia de Buenos Aires?

La inflación en Argentina

Con el desarrollo industrial que surgió tras la crisis de 1930, la provincia fue la receptora mayoritaria de los nuevos establecimientos industriales. A partir de 1960 se industrializaron rápidamente Avellaneda, La Matanza, La Plata y sus alrededores, Mar del Plata, Bahía Blanca (donde está el mayor centro petroquímico del país), San Nicolás y Zárate – Campana (ambas zonas básicamente siderúrgicas). En Mar del Plata y Necochea se ha desarrollado una importante flota e industria pesquera.

Otra importante fuente de ingresos es el turismo, ya que existen numerosos distritos a lo largo de la costa con grandes extensiones de playas, siendo Mar del Plata la ciudad turística más importante. La actividad turística aumentó tras la crisis económica de 2001, ya que para las clases medias y altas era menos factible veranear en el extranjero debido al aumento del valor del dólar.

Gobierno de Argentina

La historia económica de Argentina es una de las más estudiadas, debido a la “paradoja argentina”, su singular condición de país que había alcanzado un desarrollo avanzado a principios del siglo XX pero que experimentó un retroceso, lo que inspiró una enorme riqueza bibliográfica y diversos análisis sobre las causas de este declive[1] Desde la independencia de España en 1816, el país ha dejado de pagar su deuda en nueve ocasiones y la inflación ha sido a menudo de dos dígitos, llegando incluso al 5000%, lo que ha provocado varias grandes devaluaciones de la moneda.

Argentina posee claras ventajas comparativas en la agricultura, ya que el país está dotado de una gran cantidad de tierras muy fértiles[2]. Entre 1860 y 1930, la explotación de las ricas tierras de la pampa impulsó fuertemente el crecimiento económico[3]. Durante las tres primeras décadas del siglo XX, Argentina superó a Canadá y Australia en población, ingresos totales y renta per cápita[3]. En 1913, Argentina era el décimo Estado más rico del mundo per cápita[4].

Economía argentina

Investigamos cómo los patrones históricos de la producción primaria influyeron en el desarrollo de las economías locales de Argentina. Nuestra estrategia de identificación explota la variación exógena en la composición de la producción primaria inducida por las características climáticas. Encontramos que las localidades especializadas en ganadería tenían vínculos más débiles con otras actividades, mayor concentración en la propiedad de la tierra, menor densidad de población y menos inmigración que las zonas productoras de cereales. Con el tiempo, las localidades dedicadas a la ganadería siguieron mostrando una menor densidad de población y experimentaron una industrialización relativamente lenta. En definitiva, la especialización ganadera tuvo grandes efectos negativos en los niveles de renta per cápita y de capital humano a largo plazo.

Economía en desarrollo

Salario medio brutoAR$80.381 mensuales (diciembre de 2020)[19]Principales industriasLa facilidad para hacer negocios ocupa el puesto 126 (medio, 2020)[20]ExteriorExportaciones $54.880 millones (2020)[21]Bienes de exportaciónFrijoles de soja y derivados, petróleo y gas, vehículos, maíz, trigoPrincipales socios de exportación

Argentina se beneficia de sus ricos recursos naturales, de una población altamente alfabetizada, de un sector agrícola orientado a la exportación y de una base industrial diversificada. Los resultados económicos de Argentina han sido históricamente muy desiguales, con un alto crecimiento económico alternado con graves recesiones, sobre todo desde finales del siglo XX. La mala distribución de la renta y la pobreza han aumentado desde este periodo. A principios del siglo XX, Argentina tenía uno de los diez niveles de PIB per cápita más altos del mundo. Estaba a la altura de Canadá y Australia, y había superado a Francia e Italia.

En 2018, la moneda argentina se redujo en un 50%, hasta superar los 38 pesos argentinos por dólar estadounidense. A partir de ese año, se encuentra bajo un programa stand-by del Fondo Monetario Internacional. En 2019, la moneda cayó aún más, un 25%.