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Medidas de política monetaria
Los macroeconomistas suelen señalar que tanto la política monetaria -que utiliza la oferta monetaria y los tipos de interés para influir en la demanda agregada de una economía- como la política fiscal -que utiliza los niveles de gasto público y los impuestos para influir en la demanda agregada de una economía- son similares en el sentido de que ambas pueden utilizarse para intentar estimular una economía en recesión y frenar una economía que se está recalentando. Sin embargo, los dos tipos de políticas no son totalmente intercambiables, y es importante entender las sutilezas de su diferencia para analizar qué tipo de política es la adecuada en una situación económica determinada.
La política fiscal y la política monetaria se diferencian considerablemente en que afectan a los tipos de interés de forma opuesta. La política monetaria, por construcción, baja los tipos de interés cuando busca estimular la economía y los sube cuando busca enfriar la economía. La política fiscal expansiva, en cambio, suele provocar un aumento de los tipos de interés.
Para ver por qué es así, recordemos que la política fiscal expansiva, ya sea en forma de aumento del gasto o de recortes de impuestos, suele dar lugar a un aumento del déficit presupuestario del gobierno. Para financiar el aumento del déficit, el gobierno debe aumentar sus préstamos emitiendo más bonos del Tesoro. Esto aumenta la demanda global de préstamos en una economía, lo que, como ocurre con todos los aumentos de la demanda, conduce a un aumento de los tipos de interés reales a través del mercado de fondos prestables. (Alternativamente, el aumento del déficit puede formularse como una disminución del ahorro nacional, que de nuevo conduce a un aumento de los tipos de interés reales).
Política fiscal contractiva
La política monetaria consiste en mantener estables los precios de los bienes y servicios que compramos. El trabajo del banco central es asegurarse de que la inflación -la tasa de variación de los precios globales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo- se mantenga baja, estable y predecible.
La política fiscal se refiere a las decisiones económicas que toman los gobiernos. Los gobiernos pueden decidir gastar dinero para prestar servicios públicos, apoyar la economía y reducir las desigualdades. Pueden recaudar este dinero a través de los impuestos o pidiendo préstamos a los mercados financieros.
La política monetaria y la política fiscal funcionan de forma diferente. Pero también interactúan entre sí, ya que la estabilidad de los precios y una economía equilibrada son dos caras de la misma moneda. Como vimos durante la pandemia, este vínculo es especialmente fuerte en tiempos de crisis. La crisis golpeó duramente a Europa y perjudicó a la economía, pero la política monetaria y fiscal trabajaron codo con codo para mejorar las cosas. Este enfoque conjunto ayudó a muchas personas y empresas a superar la crisis. Si la política monetaria y fiscal no hubieran trabajado juntas, el impacto positivo habría sido menor.
Efectos de la política monetaria
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En 1992, cuando el asesor de la campaña presidencial, James Carville, dijo al personal de Bill Clinton: “¡Es la economía, estúpido!”, estaba subrayando la importancia de lo que más importa a la mayoría de los votantes.Las dos herramientas más reconocidas para influir en la economía, y mantener contentos a los electores, son la política monetaria, creada por la Reserva Federal, y la política fiscal, que cae bajo los auspicios del Congreso y el presidente. Ambas desempeñan un papel importante en el mantenimiento de una economía estadounidense estable y equilibrada. Política monetaria frente a política fiscal: Un vistazoAunque la política monetaria y la fiscal están diseñadas para lograr la estabilidad económica, los funcionarios responsables de ellas abordan ese objetivo en diferentes frentes. La principal diferencia entre la política fiscal y la monetaria se encuentra en el significado de los nombres de ambas políticas. La monetaria se refiere a la oferta de dinero, o la cantidad que hay para gastar. La fiscal implica el presupuesto, o cómo se gastará el dinero.
Medidas de política fiscal
La política monetaria y la política fiscal son las dos herramientas más reconocidas para influir en la actividad económica de un país. La política monetaria se ocupa principalmente de la gestión de los tipos de interés y de la oferta total de dinero en circulación, y generalmente la llevan a cabo los bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos. La política fiscal es un término colectivo para las acciones de impuestos y gastos de los gobiernos. En Estados Unidos, la política fiscal nacional la determinan los poderes ejecutivo y legislativo del gobierno.
Los bancos centrales suelen utilizar la política monetaria para estimular una economía o para frenar su crecimiento. Al incentivar a los individuos y a las empresas para que pidan préstamos y gasten, la política monetaria pretende estimular la actividad económica. Por el contrario, al restringir el gasto e incentivar el ahorro, la política monetaria puede actuar como un freno a la inflación y a otros problemas asociados a una economía sobrecalentada.
La Reserva Federal, también conocida como la “Fed”, ha utilizado con frecuencia tres instrumentos políticos diferentes para influir en la economía: las operaciones de mercado abierto, la modificación de los requisitos de reserva para los bancos y la fijación del tipo de descuento. Las operaciones de mercado abierto se llevan a cabo diariamente, cuando la Fed compra y vende bonos del Estado de EE.UU. para inyectar dinero en la economía o sacarlo de la circulación. Al fijar el coeficiente de reservas, o el porcentaje de depósitos que los bancos deben mantener en reserva, la Reserva Federal influye directamente en la cantidad de dinero que se crea cuando los bancos conceden préstamos. La Reserva Federal también puede dirigir los cambios en el tipo de descuento (el tipo de interés que cobra por los préstamos que concede a las instituciones financieras), cuyo objetivo es influir en los tipos de interés a corto plazo de toda la economía.