¿Cuáles son las 4 políticas económicas?

Ejemplos de políticas económicas

La gobernanza económica se refiere al sistema de instituciones y procedimientos establecidos para alcanzar los objetivos de la Unión en el ámbito económico, es decir, la coordinación de las políticas económicas para promover el progreso económico y social de la UE y sus ciudadanos. La crisis financiera, fiscal y económica iniciada en 2008 demostró que la UE necesitaba un modelo de gobernanza económica más eficaz que la coordinación económica y fiscal vigente hasta entonces. La evolución de la gobernanza económica, aún en curso, incluye el refuerzo de la coordinación y la vigilancia de las políticas fiscales y macroeconómicas y la creación de un marco para la gestión de las crisis financieras.

El artículo 3 del TUE establece que “[la Unión] obrará en pro del desarrollo sostenible de Europa basado en un crecimiento económico equilibrado y en la estabilidad de los precios, en una economía social de mercado altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social”.

Los artículos 2, 5 y 119 del TFUE constituyen la base de la coordinación económica: exigen que los Estados miembros consideren sus políticas económicas como una cuestión de interés común y las coordinen estrechamente. Los ámbitos y formas de coordinación se especifican en el artículo 121, que establece el procedimiento relativo a las recomendaciones de política, tanto generales (Orientaciones Generales de Política Económica) como específicas para cada país, y en el artículo 126, que establece el procedimiento a seguir en caso de déficit público excesivo (2.6.6).

Definición de política económica internacional

Una pandemia mundial está provocando un cambio radical en la política económica que el hundimiento de los mercados financieros en 2008 no logró. Aunque el cambio es incompleto y su éxito está lejos de estar garantizado, ahora es el momento de reflexionar sobre sus efectos y los retos que se avecinan.

Sí, el gasto se restringió más que en recesiones anteriores, pero la gente seguía teniendo suficiente dinero para mantener un techo sobre sus cabezas y alimentar a sus hijos. Además, desde el principio de la pandemia sostuve que también estábamos viviendo “la madre de todas las crisis de demanda” (Sahm, 2020). Millones de trabajadores solicitaron el seguro de desempleo cada semana, y la tasa oficial de desempleo se precipitó hacia el 15% en abril de 2020 (Cox, 2020). La velocidad y la amplitud de las pérdidas de empleo sólo rivalizan con la Gran Depresión. Como se muestra en la Figura 1, casi la mitad de las familias estadounidenses perdieron ingresos por el empleo durante la crisis. Aunque la pérdida de ingresos fue más común entre las familias de bajos ingresos, las de mayores ingresos también se vieron afectadas negativamente.

Las dificultades económicas fueron aún mayores entre determinados grupos. Las personas de color (Spriggs, 2021), los trabajadores de servicios con salarios bajos (Gould y Kandra, 2021) y las madres (Heggeness, et al., 2021) se vieron especialmente afectados. Si bien es cierto que en todas las recesiones algunos se ven más perjudicados que otros, la gravedad de esta recesión magnificó el dolor de los grupos más afectados. Además, la mayoría de las familias, incluso en los mejores tiempos, no tienen un colchón financiero suficiente para capear una pérdida de sueldo (Bhutta et al., 2020). Sin la ayuda del gobierno, el colapso de la demanda era inevitable.

Tipos de políticas económicas

En una guerra, el gasto masivo en armamento estimula la actividad económica y las disposiciones especiales garantizan los servicios esenciales. En esta crisis, las cosas son más complicadas, pero una característica común es el aumento del papel del sector público.

Fase 2: la recuperación de la posguerra. La epidemia estará bajo control gracias a las vacunas/fármacos, la inmunidad parcial de los rebaños y las medidas de contención continuas pero menos perturbadoras. A medida que se levantan las restricciones, la economía vuelve -quizá de forma vacilante- a funcionar con normalidad.

El éxito del ritmo de recuperación dependerá fundamentalmente de las políticas emprendidas durante la crisis. Si las políticas garantizan que los trabajadores no pierdan sus puestos de trabajo, que los inquilinos y los propietarios de viviendas no sean desahuciados, que las empresas eviten la quiebra y que se preserven las redes empresariales y comerciales, la recuperación se producirá antes y con mayor fluidez.

Se trata de un reto importante para las economías avanzadas, cuyos gobiernos pueden financiar fácilmente un aumento extraordinario del gasto aunque sus ingresos estén cayendo. El reto es aún mayor para las economías emergentes y de bajos ingresos que se enfrentan a la fuga de capitales; necesitarán subvenciones y financiación de la comunidad mundial (un tema para un blog posterior).

Maestro de la política económica

La política monetaria es el proceso por el que la autoridad monetaria de un país controla la oferta de dinero, a menudo con un objetivo de tipo de interés, con el fin de promover el crecimiento económico y la estabilidad. Los objetivos oficiales suelen incluir precios relativamente estables y un bajo nivel de desempleo. La teoría monetaria permite entender cómo elaborar una política monetaria óptima. La política monetaria puede ser expansiva o contractiva, ya que una política expansiva aumenta la oferta total de dinero en la economía más rápidamente de lo habitual, y una política contractiva expande la oferta monetaria más lentamente de lo habitual o incluso la reduce. La política expansiva se utiliza tradicionalmente para tratar de combatir el desempleo en una recesión, bajando los tipos de interés con la esperanza de que el crédito fácil atraiga a las empresas a expandirse. La política contractiva tiene por objeto frenar la inflación con la esperanza de evitar las distorsiones y el deterioro del valor de los activos resultantes.

La política monetaria se basa en la relación entre los tipos de interés de una economía, es decir, el precio al que se puede pedir prestado el dinero, y la oferta total de dinero. La política monetaria utiliza una serie de instrumentos para controlar uno o ambos, para influir en resultados como el crecimiento económico, la inflación, los tipos de cambio con otras monedas y el desempleo. Cuando la moneda está bajo monopolio de emisión, o cuando existe un sistema regulado de emisión de moneda a través de bancos vinculados a un banco central, la autoridad monetaria tiene la capacidad de alterar la oferta monetaria y, por tanto, de influir en el tipo de interés para alcanzar los objetivos de la política. El inicio de la política monetaria como tal se remonta a finales del siglo XIX, donde se utilizó para mantener el patrón oro.