¿Qué elecciones hay en Venezuela en el 2021?

Elecciones presidenciales en Venezuela

Las elecciones del domingo representan un gran desafío tanto para las autoridades electorales como para los políticos de la oposición, que vuelven a competir por los votos contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro por primera vez en cuatro años.

Las elecciones del domingo serán observadas por más de 130 observadores internacionales, en su mayoría de la Unión Europea, satisfaciendo una vieja demanda de los opositores de Maduro. Se espera que las urnas se cierren a las 6:00 pm hora local (22:00 GMT).

Es la primera vez en 15 años que los observadores de la UE están en Venezuela. En anteriores elecciones, la observación extranjera corrió a cargo fundamentalmente de organizaciones electorales multilaterales y regionales cercanas al gobierno venezolano.

Los observadores supervisarán las condiciones electorales, como la imparcialidad, el acceso a los medios de comunicación, las actividades de campaña y la inhabilitación de los candidatos. Se espera que publiquen un informe preliminar a principios de la semana que viene y un análisis en profundidad el año que viene.

La votación también pondrá a prueba la imparcialidad de la comisión electoral de Venezuela, que en mayo incluyó a dos opositores entre sus cinco principales directores, convirtiéndola en la junta más equilibrada de los últimos 17 años, según han declarado sus miembros.

Elecciones en Venezuela 2015

La votación del domingo para gobernadores y alcaldes en todo el país sudamericano, que fue supervisada por observadores de la Unión Europea, fue ampliamente vista como una veleta política para un país que ha experimentado años de crisis económica agravada por las paralizantes sanciones internacionales.

Fue particularmente significativo porque vio el regreso de los partidos de la oposición que habían boicoteado las elecciones en el país desde 2018 en medio de acusaciones de fraude e intimidación por parte de bandas violentas leales a Maduro.

Muchos de esos partidos volvieron vacilantes a las urnas después de una serie de concesiones del gobierno, como permitir observadores de la UE, y en medio de la frustración de que una campaña de sanciones internacionales de varios años no haya logrado desalojar a Maduro del poder.

La jefa de la misión de observadores de la UE, compuesta por 130 miembros, Isabel Santos, dijo el domingo que las elecciones se desarrollaban con “tranquilidad”, mientras que el CNE aseguró que sólo se registraron “pequeños y aislados problemas” en el transcurso de la votación.

Aun así, el opositor Henrique Capriles acusó al Gobierno de Maduro de ordenar que algunos colegios electorales permanecieran abiertos más allá de la hora de cierre de las 18:00 horas (22:00 GMT), incluso cuando no había votantes haciendo cola.

Socialismo en Venezuela

Desde 2010, Venezuela sufre una crisis socioeconómica bajo el mandato de Nicolás Maduro y brevemente bajo el de su predecesor Hugo Chávez, ya que la delincuencia desenfrenada, la hiperinflación y la escasez disminuyen la calidad de vida[1][2] Como resultado del descontento con el gobierno, la oposición fue elegida para mantener la mayoría en la Asamblea Nacional por primera vez desde 1999 tras las elecciones parlamentarias de 2015. [Después de las elecciones, la Asamblea Nacional, formada por funcionarios bolivarianos, llenó el Tribunal Supremo de Justicia, el más alto tribunal de Venezuela, con aliados de Maduro[3][4] El tribunal despojó a tres legisladores de la oposición de sus escaños en la Asamblea Nacional a principios de 2016, citando supuestas “irregularidades” en sus elecciones, impidiendo así una supermayoría de la oposición que habría podido desafiar al presidente Maduro[3].

El tribunal aprobó varias acciones de Maduro y le otorgó más poderes en 2017[3] Mientras aumentaban las protestas contra Maduro, éste convocó una asamblea constituyente que redactaría una nueva constitución para reemplazar la Constitución de Venezuela de 1999 creada bajo el mandato de Chávez. [Muchos países consideraron estas acciones como un intento de Maduro de permanecer en el poder indefinidamente,[6] y más de 40 países declararon que no reconocerían la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de 2017.[7][8] La Mesa de la Unidad Democrática -la oposición al partido gobernante- boicoteó las elecciones, diciendo que la ANC era “un truco para mantener [al partido gobernante] en el poder”. [Como la oposición no participó en las elecciones, el Gran Polo Patriótico, dominado por el Partido Socialista Unido de Venezuela, ganó casi todos los escaños de la asamblea por defecto[10]. El 8 de agosto de 2017, la ANC se declaró a sí misma como la rama del gobierno con el poder supremo en Venezuela, prohibiendo a la Asamblea Nacional dirigida por la oposición realizar acciones que interfirieran con la asamblea mientras seguía aprobando medidas en “apoyo y solidaridad” con el presidente Maduro, despojando efectivamente a la Asamblea Nacional de todos sus poderes[11].

Elecciones en Venezuela en 1998

A pesar de estos déficits democráticos, las negociaciones entre algunos grupos de la oposición y el partido gobernante dieron lugar a tres importantes cambios positivos en el entorno electoral: una remodelación concertada del Consejo Nacional Electoral (CNE) que dio a la oposición más representación en el consejo, la presencia de observadores internacionales y las conversaciones entre el gobierno y la oposición que se iniciaron en Ciudad de México en agosto.

La inclusión de personas vinculadas a la oposición como magistrados del CNE abrió la puerta a la construcción de una mayor confianza en la posible independencia y credibilidad del organismo. También generó un comportamiento que proporcionó mayor previsibilidad y confianza en las reglas de la competencia, mayores garantías para el electorado y los partidos de la oposición, y una demostración de mayor independencia.

Las elecciones estuvieron marcadas por la exclusión de muchos candidatos clave de la oposición y la sustitución arbitraria por parte del Tribunal Supremo de Justicia de los comités ejecutivos de los partidos de la oposición y de los disidentes chavistas. También hubo un ambiente general de represión política, y más de 250 personas están detenidas como presos políticos.