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Liberales de América
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La definición de partido liberal es muy discutible. En la siguiente lista, se define como un partido político que se adhiere a los principios básicos del liberalismo político. Se trata de una corriente política amplia, que incluye elementos de izquierda, centro y derecha. Todos los partidos liberales hacen hincapié en los derechos individuales, pero difieren en su opinión sobre el papel activo del Estado. Esta lista incluye partidos de distinto carácter, que van desde el liberalismo clásico al social, pasando por el liberalismo conservador y el nacional-liberalismo.
Países más liberales
Dentro de un grupo parlamentario, algunos miembros son nombrados funcionarios de la Cámara para organizar el trabajo de su partido en la Cámara y sus comisiones. El líder del partido actúa como representante oficial del mismo y ejerce el liderazgo en el Parlamento. Un partido también tiene un líder de la Cámara que es responsable, junto con los otros líderes de la Cámara, de coordinar los asuntos cotidianos de la Cámara. El “whip” de un partido es un miembro encargado de mantener informados a los demás miembros del mismo partido sobre los asuntos de la Cámara y de garantizar su asistencia a la misma o a las comisiones. Los diputados también eligen a un presidente de su grupo parlamentario para que presida sus reuniones.
Partido Liberal Demócrata de Turquía
1La suerte del Partido Liberal entre 1906 y 1924 puede resumirse en que pasó de ser la primera fuerza política con una victoria aplastante y un gobierno triunfante a ser el tercer partido (lo que, en un sistema electoral bipartito, significa que el perdedor lo pierde todo) con escaso apoyo electoral y sin influencia real ni en la política ni en los políticos. El debate en la historiografía ha girado en torno a las razones de lo que, en retrospectiva, puede calificarse de decadencia terminal, que llevó a la desaparición de la gran fuerza y tradición política del siglo XIX a un reducto de unas pocas docenas de diputados (o menos) con escasa repercusión en el curso de los asuntos en el siglo XX.
2Este declive fue tan marcado que los primeros libros que abordaron la cuestión utilizaron los términos “muerte” (George Dangerfield, The Strange Death of Liberal England 1910-1914, publicado por primera vez en 1935) o “caída”. El libro de Trevor Wilson, The Downfall of the Liberal Party, 1914-1935 (1966) ofrece una escala temporal alternativa para la desaparición2. No hay duda de que hubo un declive. Lo que lo causó, y por lo tanto cuándo fecharlo, da lugar a muchas discusiones. ¿Fue el Partido Liberal el agente de su propia situación o fue simplemente una víctima de las circunstancias? Los analistas han detectado razones para creer que el funcionamiento interno del Partido Liberal lo condenó de antemano o, por el contrario, demuestra que los síntomas presentes en el primer periodo no eran inevitables ni irreversibles. Para explicar el fenómeno también se recurre a factores externos alternativos, entre los que destacan el ascenso del Partido Laborista y el impacto de la Primera Guerra Mundial.
Filósofos liberales
Japón desempeña un papel central en el esfuerzo por reavivar el internacionalismo liberal. El país cuenta con una de las democracias más antiguas de Asia y el punto de apoyo de las instituciones y normas de la democracia representativa: elecciones libres y justas, estado de derecho, plenos derechos civiles y libertad de prensa. Dado que las democracias estables que se han ajustado a la globalización económica y han evitado las perturbaciones populistas son cada vez más escasas, los puntos fuertes de Japón son indiscutibles. Sin embargo, la actual era de estabilidad política se ha derivado en gran medida de la fragmentación de los partidos de la oposición, y hay signos preocupantes de un menguante dinamismo democrático, como la apatía de los votantes, la tibia competencia entre partidos y el debilitamiento de los canales de rendición de cuentas.
A nivel internacional, Estados Unidos y Japón comparten la preocupación por la recesión democrática y la diplomacia coercitiva de China. Aunque Washington y Tokio no se han alineado históricamente en una estrategia de promoción de la democracia, pueden coordinar sus esfuerzos para garantizar la resistencia democrática y la supervivencia del orden liberal. Japón lleva mucho tiempo presionando para incluir a las democracias en la arquitectura regional de Asia y para difundir normas económicas que controlen la corrupción y frenen el proteccionismo digital, y ha cultivado una mayor cooperación en materia de seguridad con las democracias que comparten intereses estratégicos. Estas son vías diplomáticas que pueden encontrar eco en la administración Biden.