¿Cuáles fueron los avances tecnologicos de la Primera Guerra Mundial?

El desarrollo tecnológico después de la Segunda Guerra Mundial

Se dice que la Primera Guerra Mundial fue la primera guerra verdaderamente tecnológica. A lo largo de los cuatro años se introdujeron muchas ideas, como el uso de tanques y nuevos sistemas de comunicación. En 1918, se utilizaron los desarrollos más modernos de la tecnología y la innovación bélica. Sin embargo, el auge de la guerra tecnológica no se tradujo en un menor número de muertos o heridos. De hecho, algunos sostienen que tuvo el efecto contrario.

El fusil y la bayoneta eran casi las únicas armas del soldado de infantería al principio de la guerra. En 1918 se había convertido en un especialista entrenado para usar y responder a una variedad de armas. El fusil siguió siendo el arma estándar de los ejércitos británicos, pero ahora su uso tenía que complementar el despliegue de cañones Lewis, granadas, bombas de fusil y morteros ligeros, ya que estas nuevas armas asumían un lugar cada vez más importante dentro del armamento del infante.

La artillería era el arma dominante en el campo de batalla en 1918. Los cañones disparaban altos explosivos, metralla, proyectiles de humo y de gas. Podían proporcionar fuego de barrera o de hostigamiento, bombardeos y fuego de contrabatería; también podían utilizarse contra la aviación enemiga. El uso eficaz de la artillería desplazó la ventaja del defensor al atacante. Los avances tecnológicos en la calibración de los cañones eliminaron la necesidad de realizar disparos de ajuste antes de una batalla y añadieron el elemento sorpresa.

Tecnología de guerra

Los primeros aviones pilotados por las tripulaciones del Australian Flying Corps eran inadecuados para las operaciones en Oriente Medio. Cuando el teniente George Merz fue derribado por un avión defectuoso el 30 de julio de 1915, se convirtió en el primer aviador australiano en morir en la guerra. Su Caudron G.3 desarmado era propenso a los problemas de motor. En el desierto entre Nasiriyeh y Basora, Merz y su pasajero fueron asesinados mientras intentaban arreglar el avión.

Los tres hombres murieron el 4 de noviembre de 1918 mientras escoltaban a un escuadrón de bombarderos británicos de vuelta a la base tras una incursión sobre Leuze. Sus maniobrables aviones Sopwith Snipe fueron derribados por el piloto alemán Rittmeister Karl Bolle.

El barón alemán Manfred von Richthofen, “el Barón Rojo”, era un piloto de caza muy conocido en aquella época. Con 80 victorias en combate, fue el piloto con mayor puntuación de la guerra. Von Richthofen murió en combate sobre Francia el 21 de abril de 1918. En su funeral, al día siguiente, el Escuadrón Nº 3 del Cuerpo Aéreo Australiano disparó una salva de 12 cañonazos.

Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, las armas antiaéreas específicas eran escasas porque se utilizaban pocos aviones y su uso militar no había sido probado. Al principio, las unidades aliadas tardaron en proporcionar baterías antiaéreas específicas. En un principio, Alemania tomó la delantera con cañones motorizados y tirados por caballos controlados por el Servicio Aéreo del Ejército Alemán.

Tecnología de la 1ª Guerra Mundial

En 1914, la “guerra de movimientos” que esperaban la mayoría de los generales europeos se convirtió en una inesperada, y aparentemente imposible de ganar, guerra de trincheras. Con las ametralladoras reforzando el fuego masivo de los fusiles de las trincheras defensoras, los atacantes eran acribillados por miles antes de que pudieran llegar al otro lado de la “tierra de nadie”.

Sin embargo, se presentó una solución en forma de automóvil, que tomó el mundo por asalto después de 1900. Con un pequeño motor de combustión interna que quemaba gasoil o gasolina, un vehículo fuertemente blindado podía avanzar incluso ante un abrumador fuego de armas ligeras. Si se le añaden unos buenos cañones y se sustituyen las ruedas por bandas de rodadura blindadas para poder circular por terrenos accidentados, nace el tanque.

El primer tanque, el Mark I británico, se diseñó en 1915 y entró en combate por primera vez en el Somme en septiembre de 1916. Los franceses no tardaron en hacer lo propio con el Renault FT, que estableció el aspecto clásico de los tanques (con la torreta en la parte superior). A pesar de su posterior destreza en el combate con tanques en la Segunda Guerra Mundial, los alemanes nunca llegaron a producir tanques a gran escala en la Primera Guerra Mundial, aunque sí produjeron 21 tanques en el poco manejable modelo A7V.

Tecnología de la guerra civil

El portaaviones moderno debe su existencia a la vertiginosa velocidad del desarrollo tecnológico durante la Primera Guerra Mundial. En 1914, el Real Servicio Aéreo Naval (RNAS) de Gran Bretaña era una fuerza minúscula de dirigibles experimentales desparejados, globos y aviones primitivos parecidos al famoso volante de los hermanos Wight, pilotados por un grupo igualmente excéntrico de temerarios e individualistas. En 1918, el RNAS había evolucionado hasta convertirse en un servicio sofisticado con casi todas las características de la aviación naval moderna, incluyendo portaaviones; aviones de ataque, reconocimiento y caza a medida; y capacidades antisubmarinas y de reconocimiento de largo alcance.

El HMS Argus, el primer portaaviones real del mundo, estaba equipado con la mayoría de las características que definen este tipo de buques en la actualidad: un hangar cerrado, una cubierta de vuelo completa, ascensores para aviones, sistemas de prevención de incendios rudimentarios pero eficaces y un sistema de detención rudimentario pero funcional para detener los aviones en la cubierta de forma rápida y segura. Si la guerra hubiera continuado unos meses más, habrían participado en un ataque a la flota alemana de alta mar en el puerto, adelantándose a Pearl Harbor en más de 20 años.